Tus ojos me miran
luceros que con sus brillos
cantan
espejos que embellecen las
altas cumbres del alma
donde el amor es un mar
silente.
¡Oh amada mía! Déjame amar
tus ojos
ojos musitadores de melodías
siderales
reflejos cristalinos
para el elevado,
muy elevado espíritu.
Porque todavía
amada mía
un beso son unos labios salados
en silencio
o un corazón dorando un
azul bello
o Dios que siempre será una
ola prístina
para ti que eres esa verdad
tan amorosa
como tus
ojos que me miran.
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