Dios quiso que te conociera
para poder sentir el amor
por eso no olvidaré chiquilla
ni tu aroma, ni tu alegría,
ni tu calor.
Siempre recordaré aquel día alma
cenit de vida e ilusión
allí comenzó un palpitar
nuevo
catarata de besos y emoción.
Femenina candidez en mis
venas
en ellas habitaste con
dulzor
y hoy te rescato en este poema
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