¡Oh!, qué sublime la
Iglesia
aquel día de Domingo.
¿Quién es Dios ...?
Pregunté
mi padre señaló a Cristo.
Mi corazón latía ...
Dios estaba allí mismo
en lo Alto de la Santa
Iglesia
en el Árbol nunca
marchito.
...Y me elevé hasta la
Cruz
y aprendí mi cabal
destino
por Cristo morir... para
vivir
aquel día de Domingo.
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